dilluns, 22 de setembre del 2025

LAS MÁQUINAS CUENTAN


Por medio de recorridos, prácticas y charlas sobre experiencias museológicas en la Universidad Politécnica de Valencia, Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano, Radio Televisión Nacional de Colombia, el Museo Nacional de Telecomunicaciones y la Universidad Nacional de Colombia, "Las máquinas cuentan..." invita, como curso de Extensión, a conocer una rama poco conocida de los estudios patrimoniales, que no está centrada en los archivos de películas y grabaciones magnéticas, sino en la conservación y restauración de  dispositivos y procesos industriales que hicieron posible  la creación de estas obras y contenidos.

Dirigido a profesionales que trabajan en museos, archivos, canales de TV, universidades o simplemente a coleccionistas quienes sienten curiosidad por conservar, investigar y valorar la  cultura material en general, “Las máquinas cuentan: curso de sensibilización sobre el valor del patrimonio industrial y tecnológico en el audiovisual” es una propuesta pertinente tanto académica como patrimonial y socialmente en tanto que explora una dimensión del patrimonio industrial no suficientemente atendida en Colombia.


Acopio, conservación, sensibilización y divulgación del patrimonio tecnológico

A nivel académico, “Las máquinas cuentan…” De alguna manera, la realización del curso constituye no solo un reconocimiento a la labor de acopio, conservación, sensibilización y divulgación del valor del valor, aún relativamente desconocido, patrimonio industrial del audiovisual. En este sentido, es importante destacar que la propuesta, más allá de los estudios tradicionales del campo de la museología y memoria que, en torno a el cine y la televisión -y que se han enfocado en los contenidos (películas, emisiones y grabaciones)-, brinda una especial atención en los dispositivos técnicos que hicieron posible esos contenidos. Aunque las tecnologías del cine, la televisión y el sonido son reconocidas como Patrimonio Tecnológico, estas han sido poco atendidas y aún no se ha integrado completamente a los estudios sobre Patrimonio Industrial como una categoría institucionalmente reconocida. 

A nivel patrimonial, Las máquinas cuentan…” constituye un ejercicio de articulación en múltiples niveles. En primer lugar, entre docentes de la Facultad de Artes (Escuela de Cine y Televisión e Instituto de Investigaciones Estéticas). Por otro lado, el curso propicia una articulación entre docentes de la Universidad Nacional de Colombia y docentes de la Universitat Politécnica de Valencia. Finalmente, busca una mayor y mejor articulación interinstitucional con diversas instancias que, en Colombia, están a cargo del patrimonio industrial del audiovisual (como RTVC, Patrimonio Fílmico Colombiano, Museo Nacional de Telecomunicaciones, etc.). De esta forma, la preparación e implementación del curso constituye una oportunidad para fomentar alianzas entre museos de ciencia y tecnología, archivos de imagen y sonido, universidades con programas de cine o comunicación y canales públicos o privados que posean archivos técnicos.


Un legado patrimonial, cuidadosamente recuperado, en la Facultad de Artes

A nivel patrimonial, el curso “Las máquinas cuentan…” es una propuesta que incide en un legado prácticamente desconocido dentro de la misma Universidad Nacional de Colombia. Un legado asociado a la labor docente de lxs docentes y estudiantes de la Escuela de Cine y Televisión que existe gracias a la persistencia de docentes de la Escuela como Mauricio Piñeros y Juan Guillermo Buenaventura (STTP, 1955-2024), la conformación de colecciones patrimoniales como el Centro de Equipos Patrimoniales y el Laboratorio Audiovisual de la Escuela de Cine y Televisión de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia.

A nivel social, “Las máquinas cuentan…” pretende propiciar una mayor sensibilización y apropiación del patrimonio industrial audiovisual no solo de las personas que trabajan en museos, archivos, canales de TV, universidades, sino también a personas diletantes y coleccionistas que sienten curiosidad por conservar, investigar y valorar la cultura material asociada al patrimonio industrial del audiovisual (cámaras fotográficas, cintas magnetofónicas, etc.). De esta manera, el curso destaca los acervos vinculados a las tecnologías del cine, la televisión y el sonido, reconociendo tanto sus dimensiones materiales como inmateriales, y comprendiendo su importancia en la memoria del trabajo y la producción audiovisual.

A nivel pedagógico, “Las máquinas cuentan…” combina sesiones teóricas, con ejercicios prácticos y visitas a equipamientos museales que están a cargo del patrimonio industrial y tecnológico del audiovisual. En este sentido, como se destaca en la propuesta, or medio de recorridos, prácticas y charlas sobre  experiencias museológicas en la Universidad Politécnica de Valencia, la Radio Televisión Nacional de Colombia y la Universidad Nacional, este curso invita a conocer una rama poco conocida de los estudios patrimoniales, que no está centrada en los archivos de películas y grabaciones magnéticas, sino en la conservación y restauración de dispositivos y procesos industriales que hicieron posible  la creación de estas obras y contenidos.

El curso está a cargo de los docentes Mauricio Piñeros, de la Escuela de Cine y Televisión, y Edmon Castell, de la Maestría en Museología y Gestión del Patrimonio, de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia


dilluns, 4 d’agost del 2025

PLIEGUES











Doblez, torcedura, surco, plegado...

«Pliegue» es una palabra que no es sencilla de definir con otras palabras, sin gestos: Doblez, torcedura, surco, plegado, arruga… O incluso el efecto producido en la corteza terrestre por el movimiento conjunto de rocas sometidas a una presión lateral; son algunos de los sinónimos que conectan con el sustantivo de «pliegue» y la acción de «plegar». Palabras que también solían emplearse en un sentido moral y metafórico: «los pliegues de la conciencia», «la duda es un pliegue del entendimiento», «hay amores que son pliegues del corazón»... 

Pero los pliegues pueden ser algo más que una figura retórica, efecto, gesto o incluso deseo. Los pliegues también sirven para explorar y pensar. Como anotaba la antropóloga Rita Segato (2019), es necesario «indagar fuera de las polaridades acostumbradas, por el lado de atrás, en el reverso de las opciones que nos presenta la política de Estado, que son alternativas bajo el rayo del sol. Pero la luz del día no sólo muestra sino que también oculta cosas: esas vidas que se desarrollan en los pliegues de la tierra como la única forma de sobrevivir en un mundo totalizado por el proyecto histórico del capital y del desarrollo. Lo que sabemos, por lo que nos han enseñado los pueblos, es que los afectos y las sensibilidades se desarrollan mucho mejor en esos pliegues»


Pliegues del pensamiento y acción museal

«Pliegues del pensamiento y acción museal» forma una parte de un programa editorial de la Maestría en Museología y Gestión del Patrimonio que trata de mostrar las huellas que va dejando, en los territorios y en las comunidades, un programa curricular en museología y gestión del patrimonio cultural que nació en el 2007. Huellas que, como dijo el gran John Berger (1926-2017), “no son sólo lo que queda cuando algo ha desaparecido, sino que también pueden ser las marcas de un proyecto, de algo que va a revelarse”.

En estos tiempos vorágine que vivimos, «Pliegues» es también un compromiso que asume la comunidad académica de la Maestría en Museología para rodearse, respirar, seguir y sobrevivir entre los pliegues y las ruinas que nos rodean.

Respirar entre «Pliegues» es también una forma de “conspirar”, ese acto de “respirar juntos”, que nos transporta a inspiraciones y conspiraciones como la que, hace ya 18 años, llevaron a tres docentes de la Facultad de Artes a impulsar de forma decidida el que sería el primer programa curricular, a nivel de posgrado, de formación en museología en el país. Una conciencia anticipatoria que elaboraron conspirando en común Marta, William y Edmon. Un deseo posible que se convirtió, poco tiempo después -en el año 2007-, en un “sueño compartido” con la apertura de la primera promoción de estudiantes de la Maestría en Museología y Gestión del Patrimonio. 


Desde la amistad y las ganas
Igual que hace ya casi dieciocho años, «Pliegues» es otra “conspiración” y sueño posible que ha sido deseado, pensado e incluso masticado en la sombra para dar luz y hacer crecer el espacio -académico y museal- que rodea a la Maestría en Museología de la Facultad de Artes. 

Un tipo de conspiración que nos remite a una zona de sombra -porque siempre “se conspira en las sombras”-, a otra lógica del espacio público, a otra eficacia pedagógica y política..., que, como nos recuerda el filósofo Amador, nos hace pensar: “¿Y cuáles son las sombras en las que la conspiración puede prosperar? Son justamente las intensidades, las vitalidades. Las intensidades de los cuerpos, de las palabras cuando prolongan los cuerpos, de las formas de vida, de los mundos que habitamos y amamos. Solo esas intensidades pueden desafiar la virtualización del mundo. Conspirar es hacer desde la amistad y las ganas. Las ganas -cómo activarlas, cuidarlas, recuperarlas- es hoy un problema político mayor”*. 

Precisamente por todo ello, dedicamos este primer número de «Pliegues» a nuestra amiga y colega Marta Combariza (1955-2022), porque no solo nos enseñó a celebrar cada día la vida y a vernos como una fuerza vulnerable, sino también y, especialmente, porque como bien sabía ella, conspirar es hacer desde la amistad y las ganas.

PENSAR ARCHIPIÉLAGO











Entre febrero y marzo, tuvo lugar el seminario de la Maestría en Museología y Gestión del Patrimonio (MMGP) denominado “Pensar archipiélago, para desplazar el centro” que abordó como el “giro espacial” en las humanidades y las artes ha contribuido a teorizaciones sensibles, entre otros aspectos, a la especificidad de los lugares.


El "archipiélago" como figura del pensamiento museal

La geografía nutre de metáforas a museólogxs en la búsqueda de nuevos imaginarios y nuevas formas de gestión del patrimonio cultural más horizontales y descentralizadas. 

Una de las figuras y metáforas espaciales que se desprenden de este pensamiento geoestético es precisamente la de “archipiélago”. Una figura del pensamiento que, a nivel museal, permite inferir configuraciones espaciales que desplazan el centro y se abren a la multiplicidad.

En conjunto con el Museo Nacional de Colombia, el seminario “Pensar archipiélago, para desplazar el centro” exploró la imaginación museológica a partir de la metáfora geográfica de “archipiélago” y se pregunta por las propias condiciones epistemológicas de la museología latinoamericana y del Caribe desde los efectos espacializantes, críticos y políticos que sobre ellas actúan –su locus de enunciación–, como nos propone Édouard Glissant: pensar la relación que surge del lugar.

El seminario “Pensar archipiélago” se desarrolló desde distintos campos disciplinares, que buscan interpretar los tropos y sentidos figurados de “archipiélago” desde la museología, la antropología, la geografía, la filosofía, etc.

Algunos de los invitados de este seminario fueron: Rodrigo Torrejano, Amalia Boyer, María Rojas, Liliana Angulo, Aurelio Horta, Carolina Quintero, William López, Javier Ortiz Cassiani, Ana María Sánchez, Pilar Santamaría, David Gutiérrez, Adriana Salazar y Roberto Almanza, entre otros.

Paula Torrado y Edmon Castell, coordinadores del seminario “Pensar archipiélago”. 2024





MUSEU DEL VENT, 22 ANYS DESPRÉS














Armand Castell, al camp de concentració d'Argelers. Crédits: Autor desconegut. 1940.

El Museu del Vent, un museu per copsar el vent. El vent com a fenomen meteorològic i el vent com a cultura. Un museu per entendre el vent de les Terres de l'Ebre i els vents del món... I més enllà, per parlar de la llibertat i el "moviment real que aboleix l'estat de coses present". 

És per això que el Museu del Vent, des del moment en què es va crear ara fa més de vint anys, està pensat a la gent-en-moviment, gent migrant, gent per a qui els llocs sempre estan en construcció.


Orígens d’un museu

El Museu del Vent va obrir portes el 2003, però els seus orígens venen de més endarrere en el temps i es vinculen, indirectament, amb els esforços de museïtzació de la batalla de l’Ebre iniciats a finals dels anys ’90.

A diferència d’altres centres d’interpretació de l’energia eòlica creats recentment, el Museu del Vent no va ser fundat ni va comptar mai amb patrocini de cap administració o de cap empresa de producció d’electricitat. Just al contrari, el Museu del Vent es va formar en el context de les lluites contra la instal·lació indiscriminada de centrals eòliques. 

En aquells moments, davant de processos especulatius com els protagonitzats per la implantació massiva d’aerogeneradors al sud de Catalunya, era necessari apostar d’una manera decidida per la preservació de la totalitat dels espais històrics de la batalla de l’Ebre. En aquest sentit, el Museu del Vent va ser una de les respostes de la societat civil de les Terres de l’Ebre enfront l’”economia del vent” que impulsaven empreses eòliques i l’administració catalana a finals dels anys ‘90.


La cultura del vent

D’alguna manera, el Museu del Vent va ser l’aposta i el resultat d’un llarg procés iniciat per la societat civil per defensar la «cultura del vent» i contribuir a fer compatible l’energia eòlica amb la preservació dels valors ambientals i històrics del paisatge.

Com pocs altres, aquest procés il·lustra el trànsit d’una «identitat de resistència» a una «identitat de projecte». Una situació que es dóna, com explicava el sociòleg Manuel Castells, quan “els actors socials, tot basant-se en els materials culturals de què disposen, construeixen una nova identitat que redefineix la seva posició a la societat i, en fer-ho, cerquen la transformació de l’estructura social tota sencera”.


Un equipament de l’antifranquisme

De manera indirecta, aquesta dinàmica relativament turbulenta va fer del Museu del Vent un equipament de l’antifranquisme a les Terres de l’Ebre.

Mentre les institucions museològiques i culturals d’aquell moment van girar el cap a un altre costat per no veure les agressions contra el paisatge la proliferació de centrals eòliques, la societat civil del sud de Catalunya s’organitzava activament per fer front a aquesta amenaça que pesava com una llosa sobre molts llocs històrics de la batalla de l’Ebre, com les serres de Cavalls i Pàndols.

En resum, el Museu del Vent és una mostra de construcció democràtica d’història. No només els museòlegs es van implicar en aquest procés dialògic i constructiu que s’ha concretat en equipaments com el del Museu del Vent. Comptant amb la força de la gent, un equip obert format per geògrafs, historiadors, enginyers, etc. ha contribuït a fer comprensible el passat a través del paisatge.

De tot aquest procés inacabat, els museòlegs, com a mediadors del patrimoni cultural, han adquirit consciencia que, recuperar els llocs de la memòria democràtica no és un procés “natural”, el resultat automàtic que s’aconsegueix només des de les càtedres, des dels arxius i ni tan sols des dels llibres. Fins instituir el Museu del Vent, fer visibles els espais de l’antifranquisme va exigir implicar-se activament en la lluita social i política per preservar i fer comprensible el paisatge. El Museu del Vent no deixava de ser més que un reconeixement cap els oficis i la gent que fan present la història, en construcció constant en el sentit del malaguanyat Marc Bloch, en les nostres vides.


Un museu interdisciplinar i social

El Museu del Vent explorava un nou concepte de museu interdisciplinar, a mig camí entre història, antropologia i geografia, que presta una especial atenció a la totalitat de les interaccions que les persones estableixen amb els entorns que habiten i que es concreta en l’experiència humana dels llocs.

Des d’un enfocament a mig camí entre la geografia, l’antropologia i la història, el Museu del Vent no es limitava a entendre el vent només com un fenomen meteorològic, sinó que considerava el vent com una metàfora carregada de sentits que estan presents en molts àmbits de cultures de tot el món. El vent entès com a metàfora, per exemple, de la llibertat, de “tot allò sòlid que s’ha esvaït a l’aire” (Marshall Berman) i també de les coses que s’han mogut.


«Gent-en-moviment»

Coses i idees movent-se, esvaint-se, dissipant-se... però també gent. El Museu del Vent parteix de la constatació que les persones estan més o menys arrelades al territori on viuen. Dit d’una altra manera, la gent té arrels, però també cames. En aquest sentit, les comunitats humanes s’han desplaçat per l’espai amb més o menys intensitat en el temps, tot i que segurament el món del segle XX ha estat el que ha vist el major moviment de persones de la història de la humanitat (Eric Hobsbawm). Aquest procés de «gent-en-moviment», gent que es mou, gent migrant criminalitzada i estigmatitzada… s’ha accelerat des de finals del segle passat. I res fa dubtar que serà un dels principals reptes del nostre món contemporani.

Davant aquesta realitat, apareixien preguntes que museus com el Museu del Vent tractaven de donar resposta: Com crea la «gent-en-moviment» el seu sentit de lloc? com reconstrueix el seu sentit de família i pertinença? Com recorden els llocs que han deixat?, o fins i tot, Com i per què la gent que comparteix un mateix paisatge té diferents vies, a vegades oposades fins i tot violentament, per entendre el seu significat?...


El vent de la raó democràtica

Són preguntes sobre el món contemporani que ens envolta. Preguntes que es refereixen a “molts homes, a tots els homes del món en la mesura que s’uneixen entre ells en societat i treballen i lluiten i milloren” (Antonio Gramsci). Al cap i a la fi, preguntes que, en el context de les Terres de l’Ebre, ens parlen d’històries i moviments socials que s’esforcen per reconstruir i fer visible la “raó democràtica”, el passat de la lluita antifranquista que està amagat entre garrofers i oliveres propers al riu.

En síntesi, el Museu del Vent aposta per un nou diàleg entre naturalesa i cultura, entre passat i present. Un museu que, per tot això, no pot deixar de dedicar tot el seu esforç a "la «gent-en-moviment», per a qui els llocs sempre estan en construcció".


divendres, 27 de desembre del 2024

"DAHOMEY"













































"En 2021, 26 tesoros reales del Reino de Dahomey abandonaron París para regresar a su país de origen, la actual República de Benín. ¿Cómo deben recibirse estos tesoros artísticos, robados a sus antepasados, en un país que se ha reinventado en su ausencia?"

El pasado 12 de diciembreMubi Latam, en alianza con el Festival Equinoxio, presentó en la Universidad Nacional de Colombia "Dahomey" (2024), la película documental de Mati Diop que fue ganadora del Oso de Oro en la última edición del Festival de Cine de Berlín. 

Posteriormente a la presentación de la película, tuvo lugar un conversatorio sobre el arte africano robado por Europa con Edmon Castell y Alhena Caicedo. Un conversatorio que permitió alimentar el debate alrededor la denominada "de-colonización" de los museos y las dimensiones, complejas y controvertidas, de la restitución del patrimonio cultural de los museos del “Nord global” hacía los lugares de los que proceden las cosas.

De esta forma, a través del conversatorio posterior a la película fue posible aprehender, de una forma más compleja y clara, que “el reto no es indignarse o darse golpes en el pecho, sino regenerar la materia herida. Por ejemplo, en el caso del debate sobre la descolonización de los museos, no se trata simplemente de “devolver” los objetos robados a sus lugares de origen, sino de entender que esos objetos no eran “cosas” (ni útiles ni obras de arte), sino vehículos y canales de energía, de fuerzas vitales y de virtualidades que habilitaban la metamorfosis de la materia. Recrear una relación activa con la memoria” (Fernández-Savater, 2025).




dijous, 9 de maig del 2024

POLÍTICAS DE LA AMISTAD



Grafiti de Paulo Freire en las calles de Sao Paulo. Foto de Edmon Castell

La importancia de los afectos. También en los museos

Como docente y museólogo, he tenido la posibilidad no solo de participar regularmente en encuentros, seminarios, conferencias, etc. sino también interactuar con comunidades a través de múltiples procesos museográficos y museológicos. Toda esta experiencia me ha permitido no solo pensar los museos sino también pensarme como docente y como museólogo y, al mismo tiempo, pensar como puedo conectar mi pensamiento con la gente. 

De esta forma, la participación en los eventos académicos, presentando comunicaciones, participando en paneles, compartiendo ideas… no solo me ha hecho reflexionar acerca del sentido que debería tener la Universidad en la sociedad, sino que me ha hecho ver que el pensamiento mismo es un dispositivo de convivencia. 

El conocimiento es algo que se puede compartir. El conocimiento académico es un dispositivo que se cultiva con lentitud y que requiere de mucha generosidad . Sin duda, como sucede en otras universidades, también en nuestra Universidad Nacional de Colombia trabajamos en condiciones muy difíciles y bajo presiones incompatibles con nuestra labor, pero disponemos de personas generosas y creativas, con ánimo de generar conocimiento y transformar la realidad. Y no son solo los docentes. Es lo que me gustaría destacar en estas líneas.


Esperanzar

Es innegable que, también en nuestras universidades, existe un complejo andamiaje y paisaje académico conformado por múltiples, diversificadas, enraizadas y cotidianas "(contra)pedagogías" que actúan contra la vida académica y, en ocasiones también, la misma vida. No obstante, el conocimiento y la gestión del conocimiento pueden convertirse en dispositivos que pueden neutralizar las "(contra)pedagogías de la crueldad" que, al parecer, dominan no solo los paisajes académicos sino también el mundo desde hace unos años. Pedagogías de la crueldad que están en el origen de la disminución o falta cotidiana de la empatía: la guerra de todos contra todos en la que el otro es, de alguna forma, desechable y prescindible porque, aparentemente "ningún hilo me une a él, nuestros destinos no tienen nada en común [...]”. 

Afortunadamente, "enseñar, como amar, es un acto de valor" (Paulo Freire). Y es por ello que, frente a esas contra-pedagogías de la crueldad y sus efectos en los museos y en nuestras vidas, podemos pensar otro tipo de pedagogías, como las de “la escucha”, que se definen por la capacidad de permear y transducir a lxs otrxs y con lxs otrxs para poder “compostar”. Pedagogías de la escucha que establecen un espectro de valores que, más allá de la dificultad de definir y medir atributos como cooperación, cohesión, confianza, afecto, etc.. nos permiten a las personas que vivimos lo docente o lo museal acercarnos a las personas y estar con ellas. 

De esta forma, divulgar y hacer accesible el conocimiento y el patrimonio cultural, como recordaba una vez la rectora de la Universidad de Puerto Rico, “ya no es suficiente”. No podemos seguir transfiriendo unidireccionalmente el conocimiento. 

De modo que, conscientes de la importancia del entramado de afectos que existen en una comunidad, tenemos que seguir acercándonos. Acercarnos a las comunidades, acercarnos a la gente con tacto, sin forzar... porque también nosotros somos gente.













Imagen de la entrada: El Atrato, al atardecer (2016). Tomada por Edmon Castell



divendres, 31 de desembre del 2021

EFÍMERA MUSEOGRAFÍA


SOBRE LOS BORRADOS INTENCIONADOS DE MEMORIA SOCIAL
Entre 2008 y 2014, a través de este programa de itinerancia de exposiciones temporales, el Sistema de Patrimonio y Museos (SPM) consiguió implementar 164 montajes museográficos, tanto en espacios museales y culturales como en otros espacios no convencionales.

El último montaje del programa "Ida y vuelta" se realizó en Tumaco, en diciembre del año 2014. 
Los procesos de "tabula rasa", constituyen procesos "de sustitución continua que no puede aceptar ninguna preexistencia y que con el manto vegetal, los árboles, los edificios históricos y los espacios públicos tradicionales se llevan para siempre la memoria urbana. Y si se pierde la memoria, también se pierde el sentido" (Montaner, 2004).
A través del programa "Ida y vuelta", fue posible llevar, traer y montar exposiciones en, entre otros, municipios y ciudades de Colombia como QuibdóArauca, Valledupar, San Andrés, BuenaventuraCharquitoBarranquilla, Leticia, Cartagena, La Paz, Mariquita, Pacho, Madrid, Juradó,  Manizales, Cali, Palmira, MedellínInírida, Guapi, etc. así como también en Lima y Cusco.

El 2015, el año del "borrado"
Tres meses después del último montaje "Ida y vuelta", todas las personas -estudiantes, docente y profesionales- del SPM que habían hecho posible las itinerancia de las exposiciones -en distintos municipios de Colombia y Perú- quedaron desvinculadas del proyecto, las redes sociales fueron suplantadas, el sitio Web oficial del SPM fue desactivado y meses más tarde "
desaparecido", las publicaciones desafectadas y toda la museografía terminó en la basura.

En la actualidad, es difícil encontrar rastros de los montajes itinerantes del programa "Ida y vuelta" o, incluso, de la misma existencia del Sistema de Patrimonio y Museos. Sin duda, se trata de un borrado intencionado de la memoria institucional de un proyecto museológico que, a pesar de su relativamente corta trayectoria, influyó en la conformación de una nueva cultura museal para proyectar el patrimonio cultural de la Universidad Nacional de Colombia.

Borrados e impostaciones de memoria
El "borrado intencionado de la memoria" es una categoría conceptual que busca aproximarse y interpretar procesos específicos de desactivación y destrucción sistemática del patrimonio cultural y la memoria social -y construida- y su sustitución por otras memorias impostadas. 

Como han destacado geógrafos, museólogos y urbanistas, entre otros, los procesos de borrado de la memoria colectiva "se producen en situaciones que no son explí­citamente traumáticas, sin conflictos sociales evidentes, de manera lenta y oculta". Los procesos de "tabula rasa", constituyen procesos "de sustitución continua que no puede aceptar ninguna preexistencia y que con el manto vegetal, los árboles, los edificios históricos y los espacios públicos tradicionales se llevan para siempre la memoria urbana. Y si se pierde la memoria, también se pierde el sentido" (Montaner, 2004).

"Ida y vuelta" respondía no sólo a un modelo de gestión descentralizado del patrimonio cultural sino también a un modelo interpretativo que, en el medio plazo, trató de generar y desarrollar una cultura, una "mitopoiesis", para los museos de la UN con una personalidad propia.


Desde este punto de vista, cada vez que se arrasa con el patrimonio existente, se produce un proceso de impostación de una falsa memoria sobre la memoria que habí­a existido en ese lugar. Y aunque se admite que este borrado sistemático de culturas y memorias puede crear heridas en una comunidad, se considera que es un «mal menor» o un «efecto colateral» que se requiere indefectiblemente para que el tejido social existente pueda ser sustituido por otro.

Silueta museográfica del SPM. 2014
Continuará...