dilluns, 4 d’agost del 2025

PLIEGUES











Doblez, torcedura, surco, plegado...

«Pliegue» es una palabra que no es sencilla de definir con otras palabras, sin gestos: Doblez, torcedura, surco, plegado, arruga… O incluso el efecto producido en la corteza terrestre por el movimiento conjunto de rocas sometidas a una presión lateral; son algunos de los sinónimos que conectan con el sustantivo de «pliegue» y la acción de «plegar». Palabras que también solían emplearse en un sentido moral y metafórico: «los pliegues de la conciencia», «la duda es un pliegue del entendimiento», «hay amores que son pliegues del corazón»... 

Pero los pliegues pueden ser algo más que una figura retórica, efecto, gesto o incluso deseo. Los pliegues también sirven para explorar y pensar. Como anotaba la antropóloga Rita Segato (2019), es necesario «indagar fuera de las polaridades acostumbradas, por el lado de atrás, en el reverso de las opciones que nos presenta la política de Estado, que son alternativas bajo el rayo del sol. Pero la luz del día no sólo muestra sino que también oculta cosas: esas vidas que se desarrollan en los pliegues de la tierra como la única forma de sobrevivir en un mundo totalizado por el proyecto histórico del capital y del desarrollo. Lo que sabemos, por lo que nos han enseñado los pueblos, es que los afectos y las sensibilidades se desarrollan mucho mejor en esos pliegues»


Pliegues del pensamiento y acción museal

«Pliegues del pensamiento y acción museal» forma una parte de un programa editorial de la Maestría en Museología y Gestión del Patrimonio que trata de mostrar las huellas que va dejando, en los territorios y en las comunidades, un programa curricular en museología y gestión del patrimonio cultural que nació en el 2007. Huellas que, como dijo el gran John Berger (1926-2017), “no son sólo lo que queda cuando algo ha desaparecido, sino que también pueden ser las marcas de un proyecto, de algo que va a revelarse”.

En estos tiempos vorágine que vivimos, «Pliegues» es también un compromiso que asume la comunidad académica de la Maestría en Museología para rodearse, respirar, seguir y sobrevivir entre los pliegues y las ruinas que nos rodean.

Respirar entre «Pliegues» es también una forma de “conspirar”, ese acto de “respirar juntos”, que nos transporta a inspiraciones y conspiraciones como la que, hace ya 18 años, llevaron a tres docentes de la Facultad de Artes a impulsar de forma decidida el que sería el primer programa curricular, a nivel de posgrado, de formación en museología en el país. Una conciencia anticipatoria que elaboraron conspirando en común Marta, William y Edmon. Un deseo posible que se convirtió, poco tiempo después -en el año 2007-, en un “sueño compartido” con la apertura de la primera promoción de estudiantes de la Maestría en Museología y Gestión del Patrimonio. 


Desde la amistad y las ganas
Igual que hace ya casi dieciocho años, «Pliegues» es otra “conspiración” y sueño posible que ha sido deseado, pensado e incluso masticado en la sombra para dar luz y hacer crecer el espacio -académico y museal- que rodea a la Maestría en Museología de la Facultad de Artes. 

Un tipo de conspiración que nos remite a una zona de sombra -porque siempre “se conspira en las sombras”-, a otra lógica del espacio público, a otra eficacia pedagógica y política..., que, como nos recuerda el filósofo Amador, nos hace pensar: “¿Y cuáles son las sombras en las que la conspiración puede prosperar? Son justamente las intensidades, las vitalidades. Las intensidades de los cuerpos, de las palabras cuando prolongan los cuerpos, de las formas de vida, de los mundos que habitamos y amamos. Solo esas intensidades pueden desafiar la virtualización del mundo. Conspirar es hacer desde la amistad y las ganas. Las ganas -cómo activarlas, cuidarlas, recuperarlas- es hoy un problema político mayor”*. 

Precisamente por todo ello, dedicamos este primer número de «Pliegues» a nuestra amiga y colega Marta Combariza (1955-2022), porque no solo nos enseñó a celebrar cada día la vida y a vernos como una fuerza vulnerable, sino también y, especialmente, porque como bien sabía ella, conspirar es hacer desde la amistad y las ganas.

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