"Sin duda, ver el mundo entero como una "tierra extraña" permite adoptar una mirada original. La mayoría de la gente tiene conciencia principalmente de una cultura, un escenario, un hogar; los exiliados son conscientes de al menos dos, y esta pluralidad de miradas da pie a cierta conciencia de que hay dimensiones simultáneas, una conciencia que es "contrapuntística" (...) Una vida en el exilio transcurre de acuerdo con un calendario diferente, y es menos estacional y está menos asentada que la vida en casa. El exilio es la vida sacada de su orden habitual. Es nómada, descentrada, contrapuntística; pero en cuanto uno se acostumbra a ella su fuerza desestabilizadora emerge de nuevo". Edward Said [2001], Reflexiones sobre el exilio.
Banlieu de Paris. Colección del Museu del Vent |
Y aunque la gente esté más o menos arraigada en el territorio donde vive, las comunidades humanas se han desplazado por el espacio con más o menos intensidad en el tiempo. Este proceso de “gente-en-movimiento” (como turistas, estudiantes, hombres de negocios, trabajadores inmigrantes, refugiados políticos o desplazados dentro de un mismo país) se ha acelerado desde finales del siglo pasado. Y nada hace dudar que será uno de los principales retos de nuestro mundo contemporáneo.
De forma progresiva, los museos se interesan en la “gente-en-movimiento”. Es decir, de todas aquellas personas que, de manera voluntaria, condicionada o forzada, han tenido que cambiar o están cambiando –en este mismo instante- sus lugares de residencia. Ante esta realidad, aparecen nuevas preguntas que los museos deben tratar dar respuesta: Cómo crea la “gente-en-movimiento” su sentido de lugar? Cómo reconstruyen su sentido de familia y pertinencia? Cómo recuerdan los lugares que han dejado?, O incluso, ¿cómo y por qué la gente que comparte un mismo paisaje tiene diferentes vías, a veces opuestas incluso violentamente, para entender su significado? ...
Son preguntas sobre el mundo contemporáneo que nos rodea. Preguntas que se refieren a “muchos hombres, a todos los hombres del mundo en la medida que se unen entre ellos en sociedad y trabajan y luchan y mejoran” (Antonio Gramsci). Al fin y al cabo, preguntas que, en el contexto de Colombia, nos hablan de historias que se esfuerzan por reconstruir y hacer visible la memoria de la gente de un país que se consume desde hace décadas.
Memorias posiblemente rotas, descentradas, etc. pero también contrapuntísticas y constructivas de lo que es un país. Es precisamente por ello, para avanzar en un nuevo diálogo entre pasado y presente, entre espacio y tiempo, es por lo que los museos no pueden dejar de dedicar todo su esfuerzo a “la gente-en-movimiento, para quien los lugares siempre están en construcción”.