dissabte, 28 d’abril del 2018

REACTIVAR UN MUSEO

REACTIVAR EL MUSEO DE CIENCIAS FORENSES
Gracias a la labor concertada entre el Sistema de Patrimonio y Museos (SPM) y la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales, el pasado 18 de mayo, Día Internacional de los Museos, la Universidad Nacional de Colombia puso de nuevo en funcionamiento el Museo de Ciencias Forenses "Jose María Garavito Baraya" (1).

El  Museo de Ciencias Forenses es una colección museográfica que históricamente estuvo vinculada a la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Colombia y que, pensada como una instancia al servicio de la sociedad y su desarrollo, trata de difundir el legado del Profesor José María Garavito Baraya y el patrimonio científico relacionado con las Ciencias Forenses en Colombia.
El Museo de Ciencias Forenses, más que mostrar objetos, pretende ser un espacio de investigación, reflexión y de adquisición de conocimientos básicos sobre el derecho penal, el procedimiento forense y el respeto de los derechos humanos.
En coherencia con varias líneas de trabajo (a nivel de extensión, atención a públicos, documentación, comunicación, museografía y conservación) establecidas en un plan de acción museológico, el Sistema de Patrimonio y Museos aspira a que, en el mediano plazo, el Museo de Ciencias Forenses se fortalezca, se dinamice y se visibilice en el interior de la comunidad universitaria y en el conjunto de la sociedad como un espacio de apoyo a la labor académica de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Colombia. 

En este sentido, es muy posible que, a partir de este modelo de gestión museológica concertada que impulsa el SPM, el Museo de Ciencias Forenses José María Garavito Baraya pueda convertirse, mediante la realización de diversos programas públicos (exposiciones, seminarios, etc.), en un escenario museal y una herramienta de articulación entre la labor académica, la investigación, la extensión y la difusión de un patrimonio científico que, en última instancia, permita generar e instituir nuevas alianzas de comunicación y trabajo permanente entre la Universidad y otros actores académicos e institucionales.

Existen varias piezas de comunicación del Museo de Ciencias Forenses en el repositorio institucional SINAB.

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(1) La colección del museo –compuesta por 800 piezas– se encuentra ubicada en el Claustro de San Agustín. El Museo está dedicado al legado de José María Garavito Baraya, bacteriólogo y laboralista clínico, uno de los profesores más ilustres de la Universidad Nacional, cuya trayectoria se centró en profesionalizar el campo de la investigación criminalística y forense.



Nota publicada originalmente como "La reactivación del Museo de Ciencias Forenses" en el # 19 de la Programación del SPM, 2012.

3 comentaris:

  1. "Los secretos de las ciencias forenses, al desnudo"
    Fabián Forero Barón, El Tiempo. Bogotá, 22 de Junio de 2012
    Exposición en homenaje al doctor Garavito, pionero en investigación criminal en el país. La exhibición está dividida en hoplología (estudio de las armas), estupefacientes, numismática, instrumental y medicina legal. La muerte invade la sala. Los cráneos atravesados con balas de 38 largo sorprenden a los visitantes que, por estos días, recorren los pasillos del Claustro de San Agustín, en el centro de Bogotá (carrera 8a. No. 7-21), sede de la exposición 'Elementos del crimen', un recorrido por los objetos que guardó con recelo, durante 40 años, el profesor José María Garavito, pionero de la investigación criminal y forense en el país. La muestra incluye los primeros troqueles y moldes en yeso utilizados por los delincuentes de los años 50 para falsificar billetes y monedas. "Era un proceso que se hacía en las casas de los falsificadores y de manera artesanal", cuenta Alexánder Portilla, coordinador de documentación del Sistema de Patrimonio Cultural y Museos dela Universidad Nacional, institución que organizó la exposición. Portilla asegura que Garavito, quien fue de los primeros directores del Instituto de Ciencias Penales, entidad que antecedió a Medicina Legal, consiguió las piezas por su labor de perito en crímenes que sacudieron a la ciudad, como el del liberal Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948. De esa época turbulenta se conservan en el museo pistolas y revólveres usados en asesinatos con móviles partidistas y otros de carácter pasional. "También hay fetos y dedos que Garavito rescataba de las escenas de los crímenes para investigarlos", afirma la conservadora de la Nacional, A. Patiño, con una escopeta calibre 34 en las manos. Ella señala que uno de los objetos que más la han impactado es una pequeña billetera. "En las labores de preservación descubrí dentro de ella una carta que una mujer le escribió a una amiga diciéndole que la extrañaba y recordándole una reunión que tenían con egresados de la U. del Rosario", recuerda. La muestra es también un acercamiento a los primeros trucos ideados por la delincuencia criolla. En una vitrina se ven varias pilas Eveready en las que los primeros traficantes ocultaban las dosis de cocaína. En otra, yacen la fotografía de Garavito, sus lentes de sol tipo detective y la portada de una revista Semana de 1949 donde se lee: "El investigador José María Garavito: el que la hace la paga". El 'profe' visto por su hijo. De los recuerdos más especiales que tiene Leonardo Garavito de su padre, el profesor José María Garavito, es que le insistía en que debía hacerse una pregunta sobre el mundo todos los días, para que la vida valiera la pena. "Yo le consultaba algún dato y no me decía. Siempre me mandaba a la biblioteca para que investigara", rememora Garavito sobre su padre, fallecido el 23 de julio de 1986. Entre 1947 y 1971, José María fue uno de los profesores más ilustres de la Nacional, y su trayectoria se centró en profesionalizar el campo de la investigación criminalística y forense. Fundó y dirigió los laboratorios de Medicina Legal y el Museo de Ciencias Forenses del Instituto de Ciencias Penales.

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  2. "Un museo forense para desnaturalizar el crimen"
    Agencia de Noticias UN. Bogotá DC, 18 de mayo de 2012.
    Si hay un país en el mundo donde las ciencias forenses han alcanzado un desarrollo de alto nivel, ese es Colombia. Y quien cimentó ese camino es un ilustre hijo de la UN: José María Garavito Baraya. Su legado podrá ser visto ahora en el Museo de Ciencias Forenses que lleva su nombre y en el cual se guardan cerca de 800 piezas, la mayoría recolectadas por él mismo durante su casi medio siglo de actividad investigativa, científica y pedagógica. Para los abogados penalistas del país, Garavito Baraya es el resumen de Hércules Poirot —personaje de ficción creado por Agatha Christie—, Sherlock Holmes —de Arthur Conan Doyle— y de la serie CSI: en la escena del crimen, como bien lo expuso la vicerrectora de la UN en Bogotá, Clemencia Vargas. De eso también está segura la destacada abogada y profesora de la UN Whanda Fernández León, quien asegura que Garavito fue el creador de las ciencias forenses en el país y el formador de gran parte de los sobresalientes penalistas y expertos forenses que hoy lideran este campo. La muestra, llamada "Los elementos del crimen", es expuesta en el Claustro de San Agustín y hace parte de un proyecto del Sistema de Patrimonio Cultural y Museos de la UN y la Facultad de Derecho, cuyo fin es rescatar una larga lista de elementos que duraron archivados por veinte años. Se destacan artefactos de numismática (ciencia que estudia la falsificación de documentos), estupefacientes, de medicina legal, instrumental técnico y de hoplología (ciencia del estudio de las armas), todos provenientes de casos reales abordados por el profesor Garavito Baraya. Carmen Cecilia Acuña, antropóloga y curadora de la colección, señala que el Museo, más que mostrar objetos, pretende ser un espacio de investigación, reflexión y de adquisición de conocimientos básicos sobre el derecho penal, el procedimiento forense y el respeto de los derechos humanos. “Una de las decisiones que tomé fue no mostrar armas, porque estamos cansados de ellas, porque son artefactos de la muerte. Quisimos, en cambio, mostrar la vida y obra de José María Garavito Baraya, que fue maestro hasta sus últimos días de vida, así como piezas procesales de casos que él manejó. Queremos que este sea un espacio para desnaturalizar el crimen, en un país donde se han vuelto comunes los asesinatos”, manifiesta Acuña.

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  3. "Colecciones únicas de música, ciencias forenses y medicina en la UN"
    Agencia de Noticias UN. 3 de Febrero de 2014
    Toda la comunidad podrá disfrutar las colecciones del Museo Organológico Musical, el Museo de Ciencias Forenses José María Garavito Baraya y parte del Museo de la Historia de la Medicina en el Claustro de San Agustín de la UN. "Estas colecciones -que se encuentran en la reserva visitable del Claustro- son el resultado de un trabajo académico e investigativo realizado por profesores y estudiantes a lo largo de décadas. En la actualidad, cuentan con un valor histórico y documental único en su especialidad", explica Elsa Bedregal, conservadora de la Dirección de Museos y Patrimonio Cultural (DMPC) de la Universidad Nacional de Colombia. El Museo Organológico Musical, por ejemplo, da cuenta de la rica cultura musical colombiana. Está conformado por 211 piezas -en su mayoría instrumentos musicales- que evidencian la producción artística y técnica de las diferentes regiones del país. Asimismo, agrega Bedregal, "permite el reconocimiento de una clasificación basada tanto en la funcionalidad, como en el modo y el por qué se produce el sonido". Por su parte, el Museo de Ciencias Forenses José María Garavito es la compilación del trabajo pionero realizado por el profesor Garavito durante décadas. Aunque cuenta con un inventario de 442 registros, durante la verificación se encontró que el número de piezas supera dicha cifra. Actualmente, se han catalogado 231 objetos correspondientes a 57 registros. La conservadora de la DMPC detalla que la colección está conformada por "documentos referidos a los avances científicos en resolución de casos judiciales; instrumental técnico que facilitaba dichos procesos; numismática relacionada con procedimientos de falsificación; hoplología (ciencia que estudia las armas), con una muestra significativa de armas y balística; y medicina legal, con piezas de laboratorio, estupefacientes, especímenes humanos y animales". Parte de estas piezas integran la exposición "Elementos del Crimen", la cual está abierta al público. Con respecto al Museo de Historia de la Medicina, actualmente se está trabajando en la preservación de la colección de ceroplástica. Sobre esto, Bedregal señala que las 325 reproducciones existentes en cera "eran utilizadas como una herramienta para la enseñanza médica en cuanto a enfermedades dermatológicas. Es una colección única, en lo referente a temática y técnica". Estos tres museos hacen parte del patrimonio diverso y complejo que reúne la Sede Bogotá de la Universidad Nacional de Colombia. Estos nacieron y permanecieron por años en la Ciudad Universitaria de Bogotá, hasta que durante los últimos seis años fueron trasladadas a la reserva visitable del Claustro de San Agustín. "Dicha reserva le permitirá al espectador tener una visión integral de las diferentes colecciones que conforman el patrimonio mueble de la Universidad. Es una iniciativa que se está llevando a cabo en diferentes museos del mundo y que posibilita el acceso a una mayor parte de las colecciones allí almacenadas, pero bajo las condiciones adecuadas para su preservación y salvaguarda", explica la conservadora. En estos momentos, la DMPC está realizando la verificación y actualización de los inventarios del Museo Organológico Musical y el Museo de Ciencias Forenses. A partir del levantamiento de la información de cada una de las colecciones, se establecerán las prioridades de intervención referidas principalmente a almacenamiento y exhibición. "Se formulará un plan de acción interdisciplinario direccionado principalmente a la reactivación de la reserva visitable al público, ofreciendo al espectador una colección organizada, bien preservada e inscrita dentro de un guión museográfico que permitirá una mejor comprensión y conocimiento de la misma", concluye Bedregal.

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