Desierto de la Tatacoa. 2013 |
UN DÍA EN EL DESIERTO DE LA TATACOA
En el año 2013, el Desierto de la Tatacoa llegó a la Casa Museo del Salto Tequendama.
El Desierto de la Tatacoa o “Valle de las Tristezas”, llamado así Jiménez de Quesada en 1538, o más comúnmente conocida como “La Tatacoa”, por la presunción de abundantes serpientes tipo cascabel; no es un desierto como tal sino un Bosque Seco Tropical.
"Lo que queremos mostrar no es solamente el desierto como la gente lo conoce, sino las diferentes gamas y coloraciones que tiene y la vida que se encuentra en él”, explicaba la profesora del Instituto de Ciencias Naturales de la UN Yaneth Muñoz Saba.
Precisamente, los matices de este bosque árido son los que se desean mostrar a través de una serie de fotografías. Así, esta acerca a los visitantes a esos 330 kilómetros cuadrados de tierra erosionada de color ocre y gris que alberga poca vegetación herbácea y en la que, sin embargo, habitan reptiles, aves, roedores y arácnidos. De esta forma, las paredes de la Casa Museo del Salto Tequendama sirven para hacer un recorrido visual a través de este paisaje y así contextualizar a los asistentes. El objetivo de los organizadores de la exposición es que se camine y se lea el paisaje.
“La exhibición aglutina el esfuerzo de biólogos, fotógrafos y museólogos para reivindicar el papel patrimonial que tiene el paisaje; en consecuencia, es un paso más que trata de hacer el sistema de museos para crear mayor conciencia sobre el patrimonio ambiental y natural que tienen los colombianos”, aseguró Edmon Castell, director del SPM.
La profesora del Instituto de Ciencias Naturales de la UN Yaneth Muñoz Saba, que adelantó una tesis doctoral sobre el tema, cuenta: “lo que queremos mostrar no es solamente el desierto como la gente lo conoce, sino las diferentes gamas y coloraciones que tiene y la vida que se encuentra en él”.
La exposición comprende 43 fotografías de una de las regiones fosilíferas más importantes de Suramérica. “La exhibición aglutina el esfuerzo de biólogos, fotógrafos y museólogos para reivindicar el papel patrimonial que tiene el paisaje; en consecuencia, es un paso más que trata de hacer el sistema de museos para crear mayor conciencia sobre el patrimonio ambiental y natural que tienen los colombianos”, aseguró Edmon Castell, director del Sistema de Patrimonio y Museos.
Este montaje hizo parte del programa Ida y Vuelta, un programa de itinerancia y montaje de exposiciones implementado por el SPM.
"Ida y vuelta" respondía no sólo a un modelo de gestión descentralizado del patrimonio cultural sino también a un modelo interpretativo que, en el medio plazo, trató de generar y desarrollar una cultura para los museos de la UN con una personalidad propia.
El programa de itinerancia de exposiciones que, entre el 2008 y el 2014, impulsó el Sistema de Patrimonio y Museos de la Sede Bogotá entre el 2009 y el 2014, se convirtió, de facto, en un nuevo modelo de gestión que operaba con el rico y relativamente desconocido patrimonio cultural de la Universidad Nacional de Colombia, recomponiendo algunos de sus elementos en formas nuevas y lo redireccionaba hacia nuestro presente.
En total, entre 2008 y 2014, se implementaron 164 montajes museográficos en espacios no convencionales en distintos municipios de Colombia y Perú.
Pensado como una “utopía práctica”, el despliegue progresivo del programa "Ida y vuelta", más allá de los más de 150 montajes en Colombia, se tradujo, sin duda, en una mayor incidencia social, visibilidad, institucionalización, gobernabilidad así como articulación del rico y diverso patrimonio cultural de la Universidad Nacional de Colombia..
"El Desierto de la Tatacoa se trasladó a la Casa Museo Salto del Tequendama"
ResponEliminaAgencia de Noticias UN. Bogotá DC, 9 de septiembre de 2013
Se inauguró la exposición “Un día en el Desierto de la Tatacoa”, una muestra sobre uno de los escenarios naturales de mayor atracción en el país desde el punto de vista paleontológico y astronómico. La apertura al público de esta exposición temporal –que fue posible gracias a una alianza entre la Fundación Granja Ecológica El Porvenir, la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Colombia y la Dirección de Museos y Patrimonio Cultural (DMPC) de la U.N. sede Bogotá– responde a la necesidad de recuperar el patrimonio cultural y ambiental del Salto del Tequendama. El acto de inauguración contó con la presencia de María Victoria Blanco, directora de la Fundación Granja Ecológica; Yaneth Muñoz Saba, investigadora, experta en los definición de los paleoambientes del Mioceno y profesora asociada al Instituto de Ciencias Naturales de la U.N.; Iván Camilo González Sánchez, fotógrafo y asistente de investigación; y Edmon Castell, director de la DMPC. La exhibición está compuesta por diversas fotografías de una de las regiones fosilíferas más importantes de Suramérica, por cuanto allí se registra la mayor diversidad de morfos de vertebrados del Mioceno. Representa, así mismo, la diversidad biótica y abiótica propia del llamado “Desierto de la Tatacoa” o “Valle de las Tristezas”, como se conoce también a la segunda zona árida más extensa de Colombia, después de la Península de La Guajira. La muestra estará abierta al público los días sábados, domingos y festivos de 9:00 a.m. a 4:00 p.m., por espacio de tres meses. Sobre la Fundación El Porvenir. La Fundación Granja Ecológica el Porvenir es una organización sin ánimo de lucro que trabaja por la recuperación del patrimonio ambiental, cultural e histórico de la región del Salto del Tequendama. En este sentido, la Fundación busca, con el soporte del Instituto de Ciencias Naturales de la U.N. sede Bogotá, sensibilizar y generar conciencia en sus visitantes sobre la importancia de la producción sostenible, la conservación de los bosques de niebla colombianos y la recuperación de este importante lugar. La Casa Museo Salto del Tequendama está ubicada en el km 6,7 vía Mesitas (Cundinamarca).
La profesora del Instituto de Ciencias Naturales de la UN Yaneth Muñoz Saba, que adelantó una tesis doctoral sobre el tema, cuenta: “lo que queremos mostrar no es solamente el desierto como la gente lo conoce, sino las diferentes gamas y coloraciones que tiene y la vida que se encuentra en él”.
ResponElimina“Un día en el Desierto de la Tatacoa” se expone en el Salto del Tequendama
ResponEliminaAgencia de Noticias UN. Bogotá, 4 de septiembre de 2013
La exposición temporal –organizada por la Fundación Granja Ecológica El Porvenir, la Dirección de Museos y Patrimonio Cultural (DMPC) y la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Colombia– es una fiel representación fotográfica de la diversidad biótica y abiótica propia del llamado “Desierto de la Tatacoa”, también conocido como “Valle de las Tristezas”, en el departamento del Huila. En el acto de inauguración, los asistentes podrán aproximarse a la segunda zona árida más extensa de Colombia, después dela Península de la Guajira. Se trata de un gran destino turístico colombiano que, por cierto, no es un desierto como tal sino un bosque seco tropical, cuyas condiciones geográficas y atmosféricas son perfectas para la observación astronómica. En otras palabras, la muestra es una aproximación a esos 330 kilómetros cuadrados de tierra erosionada de color ocre y gris que alberga poca vegetación herbácea y escasa fauna, en la que sin embargo, habitan reptiles, aves, roedores y arácnidos. La muestra es una aproximación a esos 330 kilómetros cuadrados de tierra erosionada de color ocre y gris, ubicada en el departamento del Huila.
ResponElimina"El mapa de Colombia que dibujan las exposiciones".
Bogotá DC, 5 de septiembre de 2014. Agencia de Noticias UN.
El equipo de trabajo de la Dirección de Museos y Patrimonio Cultural de la UN gestiona y despliega diversos proyectos museográficos en tres ámbitos de influencia: el campus, la ciudad y las regiones. Se trata de museólogos con un amplio sentido de la geografía. Como en la época en que descubridores y conquistadores se adentraban en la inhóspita y virgen tierra americana, ellos van hasta el rincón más alejado del país llevando cultura a esas comunidades olvidadas, muchas veces perdidas en el mapa. Es su forma de hacer patria. Su campo de acción natural es la Ciudad Universitaria de la Sede Bogotá, el campus capitalino de la UN. Allí desarrollan toda suerte de acciones encaminadas a la puesta en valor y la apropiación social del variado y complejo patrimonio cultural que poseen: desde los 17 edificios declarados Bien de Interés Cultural (BIC), pasando por sus museos y colecciones, hasta el legado académico de los científicos e intelectuales que pasaron por sus aulas [...] En 2006, el Gobierno cedió el Claustro de San Agustín a la UN y casi desde entonces funciona como espacio expositivo y sede del Sistema de Patrimonio Cultural y Museos, antecedente directo de la DMPC. Según Carlos Diazgranados, coordinador del área de museografía, los proyectos que allí se desarrollan tienen como objetivo proyectar el patrimonio y el conocimiento generado por la comunidad universitaria a públicos más amplios. Muestra de ello son las exposiciones “Colombia en tiempos de la Gran Guerra” y “Saberes de pupuña. El chontaduro en la Amazonia”. La primera presenta el análisis de la Primera Guerra Mundial desde el Departamento de Historia de la UN, pues lo consideran un período de suma importancia para este país, inmerso en un proceso de paz. La segunda abre un nuevo ciclo museográfico que busca recuperar saberes ancestrales, pues, según el profesor Edmon Castell, director de Museos y Patrimonio Cultural, “sin memoria no hay innovación”. Así, desde este edificio del siglo XVIII, ubicado en el centro histórico y corazón cultural de Bogotá, se puede decir que la ciudad es el segundo ámbito de acción. Así lo confirman las 38.849 personas que los visitaron durante el años pasado. En 2009, nació el programa Ida y Vuelta [...]. “El propósito era divulgar el patrimonio de la universidad y consolidar un mapa de espacios museográficos”, asegura William Medina, profesional a cargo de la iniciativa. Son proyectos de bajo presupuesto, prácticos y adaptables, que abordan las diferentes condiciones de la geografía. Sobresale la exposición “Mariposas de la Orinoquia”, que en el 2012 se instaló en Quibdó, Buenaventura, Guapi y Tumaco, llevando una muestra de la riqueza biológica del oriente colombiano a la región pacífica. Algo así como conectar al país de extremo a extremo por medio de su diversidad. Ese mismo año comenzó la travesía de “Once mil metros por segundo” por bibliotecas pública en zonas de frontera como Leticia, Arauca, Tumaco, San Andrés y Valledupar [...] Se trata de un programa de promoción de la lectura a través del acercamiento a la ciencia ficción. El profesor Edmon Castell resalta que programas como este son el primer contacto con la Universidad para algunos grupos o comunidades locales en Colombia. “El primer contacto y, posiblemente, el último o el único. En este sentido, la interacción social y transferencia territorial de conocimiento que se logra a través de esta gestión museográfica es, de alguna forma, la materialización de la extensión, la tercera misión, al 100 %”. “Con Ida y Vuelta buscamos una verdadera presencia nacional, que la universidad llegue a los rincones más alejados del país, donde no hay museos y nunca antes había montado una exposición”, concluye Diazgranados. Es una deuda histórica con las regiones, que estos museólogos tratan de resarcir desplegando su creatividad, dibujando el mapa de Colombia con sus exposiciones.
"Los animales y plantas que tiene el Salto del Tequendama"
ResponEliminaEl Tiempo [por UNAL]. 28 de junio 2019
Recientemente, el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Ricardo Lozano, señaló que este lugar, ubicado a 30 minutos de Bogotá en carro, “debe ser un patrimonio protegido, restaurado y conservado porque el Salto del Tequendama es un indicador fundamental de lo que pasa en la cuenca alta del río Bogotá”. Para Germán Amat, entomólogo y profesor del ICN, esta declaratoria significa la preservación de las especies que aún están presentes allí y una garantía para que se conserven núcleos de alta diversificación. Él y su grupo de trabajo se llevaron una sorpresa al identificar 120 especies de insectos y 50 de arácnidos en esta región del Tequendama. Encontraron libélulas, grillos, mantis, cucarachas, chinches, cigarras, mariquitas, saltahojas, escarabajos, gorgojos, avispas, abejorros, moscas y mariposas, entre otros especímenes. “El hábitat de esos grupos de animales es la vegetación original que rodea al Salto, donde hay escarabajos “ciervos”, que por ser muy vulnerables se han extinguido con la pérdida de cobertura forestal”, comenta el docente. A estos escarabajos se suman otros grupos de artrópodos que todavía están presentes en las áreas aledañas a la región del Tequendama, como los escarabajos fruteros y rinocerontes, además de gorgojos y mariquitas, estos últimos muy importantes para preservar la estructura trófica de los ecosistemas de humedad. “Si con el tiempo se aíslan algunos hábitats cercanos se pierden los corredores biológicos que permiten flujos de poblaciones y movilidad de especies que aseguran el sostenimiento de estas especies con flujo y variabilidad genética. Si se insularizan, estas poblaciones quedarán aisladas completamente y no tendrán mucha viabilidad desde el punto de vista de la conservación biológica”, afirma el docente Amat [...] la amenaza más grande es que se siga perdiendo la conectividad entre la vegetación natural [...]. A esa alarmante amenaza se suman las influencias indirectas derivadas de las actividades humanas, entre ellas la contaminación, el mal manejo de residuos sólidos, e incluso las vías de acceso donde los animales se ven en riesgo por el incremento del tráfico vehicular. Esta primera entrega, realizada a finales de 2018, es solo una pequeña parte de lo que se puede hallar en esta zona de más de 100.000 m2 y una impactante caída de agua de 157 m de altura. La docente señala que desde el ICN se evalúa una segunda fase de inventario en la que se estudiarían las aves, los anfibios y reptiles que habitan este lugar. / Garantía de preservación / Para María Victoria Blanco, directora ejecutiva de la GEP, esta declaratoria “le abre una puerta a lograr un respeto mucho mayor por este ecosistema”, y a que se acceda a programas y proyectos que den un mayor aval desde la perspectiva de conservación, para “lograr que el Salto de Tequendama, la Casa Museo, sus bosques anexos y toda la flora y fauna que están allí sean protegidas y respetadas”. “Nosotros empezamos una serie de alianzas con diferentes entidades para lograr que en el fallo de segunda instancia para la recuperación del río Bogotá se incluyera el Salto del Tequendama, y lo logramos”, señala. Recuerda además que “en la sentencia de primera instancia se ordenó la recuperación del caudal del Salto del Tequendama y en segunda se habla de la declaratoria como Patrimonio Cultural y Natural de Colombia, lo que nos va a proporcionar más herramientas para proteger el lugar”. Cabe recordar que mediante la resolución de 3335 la Casa Museo y su zona de influencia se declaró como Bien de Interés Cultural de la Nación. La declaratoria de Patrimonio Cultural por parte del Ministerio de Cultura, en septiembre de 2018, se logró en buena parte gracias al trabajo desarrollado por la Dirección de Museos y Patrimonio Cultural, encargada de asesorar todo el proceso museográfico de la Casa, proceso liderado especialmente por el profesor Edmon Castell, de la Facultad de Artes de la UNAL.
“La exhibición aglutina el esfuerzo de biólogos, fotógrafos y museólogos para reivindicar el papel patrimonial que tiene el paisaje; en consecuencia, es un paso más que trata de hacer el sistema de museos para crear mayor conciencia sobre el patrimonio ambiental y natural que tienen los colombianos”, aseguró Edmon Castell, director del SPM.
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