dijous, 31 de desembre del 2020

CANTAORAS

CANTAORAS, EL ALMA DE UN PUEBLO

"Cantaoras". 2013
En el año 2013, el Sistema de Patrimonio y Museos (SPM) y la Fundación Río al Sur implementaron en el Claustro de San Agustín la exposición "Cantaoras, el alma de un pueblo".

Las Cantaoras (mujeres que al cantar oran) o Cantadoras (mujeres que al cantar adoran), se caracterizan por crear sus propias canciones que narran historias de su entorno o de su vida misma. Estas mujeres, que aprendieron el canto como una tradición de su cultura, cantan al mismo tiempo que realizan otras tareas relacionadas con la maternidad y la vida en comunidad. 

La mayoría de ellas proviene de territorios seriamente afectados por la violencia, por lo que su música se ha convertido en una herramienta de construcción de paz y entendimiento entre los seres humanos y su entorno.

Como se explicaba en el espacio expositivo, solo unas pocas de estas exponentes del folclor ancestral han logrado darse a conocer junto con su arte. Dentro de ellas podemos recordar a Totó la Momposina, Leonor González Mina “La Negra Grande de Colombia”, Petrona Martínez, Etelvina Maldonado y Martina Camargo, entre otras. Por este motivo, es importante dar a conocer y valorar otras mujeres artistas, abrir espacios para difundir estas tradiciones culturales que hacen parte de la diversidad y el patrimonio material e inmaterial de nuestro país.

La exposición "Cantaoras, el alma de un pueblo" fue uno de los alcances del proyecto desarrollado por la Fundación Río al Sur denominado "El quehacer profesional de las mujeres cantaoras en el reconocimiento, salvaguarda y proyección de las tradiciones ancestrales y la reivindicación de la mujer doblemente discriminada".


"Cantaoras, el alma de un pueblo" (SPM). 2013
El desarrollo anual del proyecto se centra en la producción del concierto “Cantaoras, el alma de un pueblo”, que incluye investigación, encuentros, charlas foros y exposiciones durante el mes de mayo en el cual se conmemora la abolición de la esclavitud y, a la vez, se celebra la identidad afro.

El Sistema de Patrimonio y Museos (SPM) de la Universidad Nacional de Colombia confluyó con la Fundación Río al Sur para reivindicar el papel universal de la mujer -y en especial de afrodescendientes e indígenas frente a la sociedad-, reducir la discriminación y violencia, crear riqueza y sostenibilidad a partir de su pensamiento, su cosmovisión, su quehacer y sus saberes naturales y patrimoniales.

2 comentaris:

  1. "Cantaoras, el alma de un pueblo"
    Agencia de Noticias UN. Bogotá, 30 de mayo de 2013
    Cantos y tambores que llegaron de África hace más de 500 años retumbaron en el Claustro de San Agustín de la UN para celebrar la herencia afro del país. Estos tambores vinieron con Martina Camargo, Alba Aramburo, Lourdes Acosta y Dayra Quiñones, cuatro cantaoras que mantienen viva esa herencia desde sus regiones en las costas del Caribe y el Pacífico. “Le doy gracias a Dios por haber permitido que nuestros ancestros africanos hayan venido. Pasaron vicisitudes, fueron esclavos, pero, muy a pesar de todo lo que ellos sufrieron, nos dejaron cosas maravillosas: esas raíces, esos tambores, esos cantos”, asegura Lourdes Acosta. Acosta, cantaora de sones de negros en la región Caribe, explica: “estas tradiciones son la que nos alimentan el alma, para no sufrir lo que ellos sufrieron”. Dayra Quiñones, cantaora del Pacífico colombiano, coincide con el carácter espiritual de estas manifestaciones: “Llevo como diez años hablando de la importancia de limpiarnos por dentro, de que lo podemos hacer con la música”. Este carácter sanador y purificador de sus canciones está relacionado con las situaciones que tienen que vivir en sus regiones, por lo general golpeadas por la violencia de la guerra. “Cuando vivimos en un país como Colombia, marcado por un desarraigo y una crisis permanentes, es necesario limpiarse”, resalta Quiñones. Y agrega: “La música transversaliza todo eso. Hago música para transformar, fortalecer el pensamiento y entender por qué vivimos en guerra, cuál es la razón para que tengamos esta violencia tan bárbara”. Además de deleitar al público con sus canciones y sus historias de vida, estas mujeres fueron protagonistas del ForoMúsica, Identidad y Territorio. Se trató de un espacio de reflexión acerca del papel de la mujer en la preservación de las tradiciones, su transmisión a las nuevas generaciones y el fortalecimiento de las expresiones culturales del país. Y, para quienes no pudieron asistir al concierto y el foro, siempre está la posibilidad de visitar la exposición “Cantaoras, el alma de un pueblo”, en el Claustro de San Agustín. Estas actividades son una iniciativa de la Dirección de Museos y Patrimonio Cultural (DMPC) de la UN, en el marco de la celebración del Día de la Afrocolombianidad y el Día Internacional de los Museos.

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  2. "Cantaora compartió experiencias de vida en el Claustro"
    Agencia de Noticias UN. Bogotá DC, 3 de septiembre de 2013
    Aurora Casierra –cantaora proveniente de Tumaco– narró a los asistentes experiencias relacionadas con diversas formas de discriminación a las que se ha visto sometida como afrodescendiente. El conversatorio, que forma parte de las actividades alternas a la exposición “Cantaoras: el alma de un pueblo”, tuvo lugar en el Claustro de San Agustín de la Universidad Nacional de Colombia. Además de la participación de esta cantaora del Pacífico colombiano, contó con la presencia de Tito Medina, coordinador de la Fundación Río al Sur. Medina –quien coordina esta organización comprometida con la divulgación de las tradiciones populares del continente americano– exaltó las virtudes de las cantaoras, pues según aseguró, son fuente de sabiduría. Las cantaoras, inspiradas en el medio natural que habitan, componen canciones en las que narran historias de vida, pues han sido formadas para cantarle a todo aquello que las rodea y, por eso, las actividades cotidianas las acompañan con su propia música. Además, procuran conservar y difundir los secretos relacionados con la cocina, la medicina, sus tradiciones orales y su folclor. En este sentido, muchas de estas mujeres –provenientes de zonas afectadas por la violencia y el desplazamiento– han encontrado en la música un medio para transmitir sus sentimientos y pensamientos en torno a la búsqueda de un mejor ambiente de convivencia entre culturas. Un ejemplo de ello es Aurora Casierra, quien manifestó que se encuentra viviendo en el barrio El Oasis de Bogotá (en Ciudad Bolívar) debido a su condición de desplazada. Según indicó, ha tenido que sufrir las indolencias de un pueblo que aún, en pleno siglo XXI, ejerce la discriminación, ya sea por su color, su raza, sus costumbres, e incluso, por su indumentaria. “No nos juzguen por juzgar” es un fragmento de la canción “Cuando yo me vine de Tumaco”, compuesta por Casierra, quien durante el conversatorio interpretó esta canción para expresar y reiterar que ella y su comunidad son parte de la raza humana, que sienten, que sufren y que, al contrario de lo que muchos piensan, ellos no son malos. No obstante, indicó que a pesar de los aspectos negativos ha recibido el apoyo de personas y organizaciones que, como la Fundación Río al Sur, han manifestado su interés por difundir los saberes de la tradición ancestral en un intento por seguir manteniendo vivos los aportes que las cantaoras han hecho al patrimonio oral colombiano. El conversatorio responde a la necesidad de la Dirección de Museos y Patrimonio Cultural (DMPC) de la U. N. –cuya sede es el Claustro de San Agustín– de generar espacios de reflexión en torno al papel que ejerce la mujer en la preservación de las tradiciones, su transmisión a las nuevas generaciones y el fortalecimiento de las expresiones culturales colombianas. En este mismo sentido, la Fundación Río al Sur busca reivindicar el papel universal de la mujer afrodescendiente e indígena frente a la sociedad, reducir la discriminación y la violencia, y crear sostenibilidad a partir de sus pensamientos, así como de sus saberes naturales y patrimoniales.

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