"Paul Beer. Metamorfosis de una ciudad" (Museo de Bogotá). 2004
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La transformación del paisaje urbano existente para adaptarlo a nuevas necesidades no es un fenómeno moderno. Ninguna ciudad ha permanecido intacta o inmutable.
Lo específico de los tiempos modernos, por encima de todo, es que el ritmo de transformación se ha acelerado de manera vertiginosa para dar paso a nuevos desarrollos. De esta manera los paisajes urbanos se transmutan con gran rapidez con la desaparición o modificación de calles, edificios y la construcción de otros nuevos.
Como reacción contra esta creciente fugacidad del entorno urbano, cada vez es mayor el deseo de conservación derivado en parte de la conciencia que acarrea la destrucción del patrimonio y en parte de una necesidad de pertenencia y de vínculo con el pasado. Lo importante, de alguna manera, es entender que la noción de patrimonio cultural de las ciudades se define constantemente y, a veces, en oposición a los procesos de urbanización dominantes.
Heredar es transformar...
El debate en torno a la conservación de la ciudad antigua y la construcción de la ciudad del presente es, hoy en día, más abierto y plural, gracias a nuevos puntos de vista surgidos de la experiencia y criterios más decantados. Nuevos enfoques que, en síntesis, enriquecen la gestión de la memoria urbana y confluyen en la idea que heredar es transformar, y que para transformar es necesario, antes que nada, conocer el patrimonio urbano y la historia de la ciudad.
La coordinación de la museografía y escenografía de esta exposición, instalada en el Archivo de Bogotá en el año 2004, estuvo a cargo de Edmon Castell, geógrafo y museólogo, docente de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia.
"Paul Beer. Metamorfosis de una ciudad"
ResponEliminaInstituto Distrital de Patrimonio Cultural. 2005
Lo que empezó siendo trabajos fotográficos por encargo para oficinas de arquitectos, es hoy uno de los principales registros del proceso de transformación urbana de Bogotá. Esa es la obra de Paul Beer. Este libro va desde la aproximación desprevenida de quien no conoce su obra fotográfica, hasta el análisis de la arquitectura moderna en Colombia y de la transformación urbana de la ciudad. Abarca dos décadas (1950-1970) en las que se ve la transformación radical de la imagen de la urbe, su funcionamiento, su forma de vida y su espíritu. Aquí radica su importancia para el estudio de la ciudad contemporánea, no por su valor artístico sino como instrumento pedagógico y de investigación. Las fotos de Beer son un proceso, son los testigos del cambio desde el estado primario de la construcción hasta su culminación: “Es reiterativo el deseo de Beer de forjar una historia, una narración visual de las transformaciones urbanas a través de la fotografía”. En este sentido, Beer no solo es fotógrafo de la ciudad, es fotógrafo de la modernidad que opera en la ciudad de Bogotá, con sus elementos particulares, con sus pros y contras. No lo hace desde la perspectiva del simple observador, lo hace desde una perspectiva crítica y participante. La exposición del trabajo de Paul Beer en el Museo de Bogotá es una invitación a pensar la ciudad en su patrimonio histórico, “que empieza a convivir en la cotidianidad y en el imaginario de las personas. Patrimonio del cual paradójicamente no siempre se tiene conciencia por tenerlo demasiado cerca y estar inmerso en una cotidianidad que se parece mucho a la indiferencia”.